El bicarbonato de sodio y el azúcar, habituales en cualquier cocina, pueden potenciar significativamente la textura y el sabor de preparaciones dulces cuando se utilizan juntos.
El bicarbonato actúa como agente leudante, liberando dióxido de carbono al contacto con ingredientes ácidos o líquidos , lo que produce burbujas en la masa y permite que suba, logrando una textura más esponjosa.
El azúcar, además de endulzar, contribuye a activar esta reacción química, favoreciendo un levado más uniforme.
Durante la cocción, el azúcar también se carameliza, aportando un color dorado y una capa superficial crujiente a bizcochos, galletas y muffins.
De acuerdo con 'TN', esta combinación permite que la masa crezca sin perder suavidad ni sabor, resultando en preparaciones equilibradas entre lo tier