"En mil días vamos a poder tomar agua del Riachuelo”, prometía María Julia Alsogaray en 1993 al frente de la Secretaría de Recursos Naturales. Más de tres décadas después, esa meta parece tan lejana como entonces, pero se hicieron y avanzan acciones concretas para continuar recuperando el río y devolverlo a los vecinos. Sin embargo, el problema más profundo no flota en la superficie: hoy el 80 % de la contaminación del Riachuelo proviene de los efluentes cloacales .
Durante años, la imagen del Riachuelo estuvo ligada casi exclusivamente a los desechos industriales, aunque ese tipo de contaminación representa apenas el 20 % del total. El foco principal está en otra parte: la falta histórica de infraestructura cloacal, los pozos ciegos mal gestionados y los sistemas colapsados que sigue