“Me hicieron sentir como si fuésemos criminales”, con esa expresión Andreína Mejía rechaza el difícil momento que vivió junto a su hijo de 15 años, Valdemar Gutiérrez, cuando fue arrestado por agentes de ICE a la salida de una escuela en Los Ángeles .
El adolescente, de raíces hispanas pero con nacionalidad estadunidense , fue esposado parcialmente por los uniformados, ya que presuntamente lo confundieron con un pandillero que estaban tratando de localizar.
Pero debido a una discapacidad para hablar, que le impide comunicarse directamente, los agentes no entendieron su identificación y le detuvieron . El hecho provocó indignación en la comunidad de Los Ángeles, por lo que directivos escolares y la propia policía local intervino para su liberación.
Aunque finalmente lo soltaron,