En la política tamaulipeca, el PRI anda tan muerto en convocatoria que hasta un perro atropellado en la avenida Alberto Carrera Torres de Ciudad Victoria junta más gente que ellos.
Y no es exageración: mientras al animalito lo rodean curiosos, el tricolor se queda hablando solo, con sus sillas vacías y su militancia en estampida.
La renuncia de Carlos Guillermo Morris Torre es uno de los últimos clavos al ataúd.
El exdiputado local y exdirigente priista en Victoria dijo adiós tras más de 20 años de militancia, enviando una carta directa a Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, líder nacional del PRI, donde lo acusó de acabar con el trato político, cerrar espacios y abandonar a la base. “Esa es tu regla, esa es tu marca y ese será tu legado”, le soltó Morris, dejando claro que el PRI ya no r