El río Casacará, columna vertebral hídrica para el corregimiento de Llerasca y comunidades aledañas en el municipio de Agustín Codazzi, Cesar, es el escenario de un conflictivo enfrentamiento entre actividades de minería artesanal y minería a gran escala formalizada, cuyas consecuencias amenazan no solo la integridad del río, sino la vida y supervivencia de las comunidades rurales.
En la raíz de esta crisis está la explotación de materiales de construcción —arena, grava y recebo— en el cauce y orillas del río, tradicionalmente hecha de forma artesanal por población afrodescendiente y yukpa, que en años recientes ha escalado a una minería de mayor tamaño , con permisos técnicos y ambientales que, sin embargo, según denuncias locales, no se cumplen en la práctica.
Raúl Silva Díaz, veedor