El despliegue de un protagonizó un inusual (ISR/AISR) en el , coordinado entre autoridades mexicanas y estadounidenses.
Operada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), la aeronave voló a más de 20 mil pies durante casi seis horas, mapeó terreno y rastreó movimientos con sensores día/noche y radar de apertura sintética, enviando en tiempo real información que, según especialistas, la flota mexicana no puede obtener por sí sola.
Un exfuncionario de inteligencia federal señaló a La Silla Rota que misiones como ésta permiten confirmar hipótesis y perfilar objetivos estratégicos en las mesas binacionales del combate al crimen organizado .
Explicó que la misión del MQ-9 Guardian no necesariamente implica presencia física de personal estadounidense en México , sino q