Jamás pensé en vivir una catástrofe como la que estamos viviendo el Bierzo. De esas noticias que cuando ocurren en otras partes de España te rompen por dentro y de las que piensas «que no le pase a mi tierra». Pues lejos de ello, ha pasado y de la peor forma posible. Arrebantándole al Bierzo su gran joya; los paisajes y la gran naturaleza que siempre nos ha caracterizado, por no hablar de la destrucción que ha sufrido una de las zonas más emblemáticas de la comarca como son Las Médulas, que tardarán varios años en recuperar su máximo esplendor y aún así, a mí me quedan dudas. Intencionados o no, lo que está claro es que faltan recursos, medios, medidas de prevención y un plan estratégico ante la que se nos venía encima; uno de los veranos más calurosos de los últimos tiempos. Y lejos de to

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