El perfume no solo aporta un buen olor a una persona, también funciona como una especie de extensión de la personalidad o una manera de dejar huella en los demás sin la necesidad de emitir palabra alguna.
Escoger una fragancia es una tarea complicada. En esta acción entra en juego diversos factores, como lo que pensarán los demás o el perfume con el que se pueda sentir más cómodo.
Una vez la persona escoge la fragancia de su preferencia, surge un inconveniente que padecen la mayoría de los amantes de las fragancias y es que su aroma suele desaparecer muy rápido.
Esto ocurre con algunos olores como, por ejemplo, a menta. Su frescor se diluye cuando entra en contacto con la piel.
Otro factor a tener en cuenta es que durante el verano se suele apostar más por aguas de colonia o perfumes c