Los plásticos, en todas sus formas y colores, ya invaden nuestros mares, nuestros bosques y nuestras ciudades; se cuelan en los alimentos que comemos, en el aire que respiramos y en la tierra que pisamos; y según apuntan cientos de estudios, ya se han infiltrado en nuestra sangre, nuestros órganos internos y hasta en nuestras células reproductoras. Durante dos semanas, 184 países se han reunido en Ginebra para intentar poner fin a este problema pero, tras unas convulsas negociaciones marcadas por disputas geopolíticas y la marcada presencia de los lobbies del sector, este viernes la Asamblea de Naciones Unidas ha cerrado su reunión sin un acuerdo sobre el ansiado primer tratado global contra los plásticos. La decisión, que aspiraba a convertirse en el pacto ambiental más importante des

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