Definitivamente soy una de esas personas que nació para el verano y sus disfrutes. Y tener piscina en casa está en la cima de la vida disfrutona.

Es evidente que no todo el mundo puede permitirse una piscina en casa. De hecho, es bastante más habitual en España que ni siquiera podamos permitirnos un piso. Pero quien sí tenga esa opción, lo cierto es que limpiar y mantener la piscina es una de esas tareas tediosas que convierten la diversión en hastío. Y eso que hay algunos, doy fe, que se relajan quitando hojitas de la superficie. El problema es que con esa práctica zen no basta.

Efectivamente: no se trata solo de quitar las hojas o residuos de la superficie del agua, sino también de darle una pasada al fondo, las paredes y la línea de flotación para evitar que se acumule suciedad. Ya no

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