Por: Harold Salamanca

Este domingo será distinto. Después de cuatro décadas, quienes compartimos aulas, recreos y sueños en el Colegio Claretiano, promoción 1985, nos volveremos a encontrar. Además de un evento social: es la primera vez, desde aquel día de grado, que lograremos reunirnos en un mismo lugar.

La vida nos llevó por caminos insospechados. Algunos se quedaron en Neiva, otros construyeron su historia en distintas ciudades de Colombia y hasta en otros continentes. Las distancias, las responsabilidades y el paso del tiempo hicieron que lo que parecía fácil en nuestra juventud, volver a vernos se convirtiera en un reto de años.

Pero el espíritu claretiano, ese que nos enseñó la amistad sincera, la disciplina y el servicio, sigue intacto. La convocatoria empezó como un susurro en

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