En el mundo del arte, los comienzos de los grandes genios siempre tienen algo especial. En el caso de Miguel Ángel Buonarroti, su primera obra conocida, “La Virgen de la Escalera” , una escultura que realizó con tan solo 15 años, es una pieza llena de historia y significado. Aunque pueda parecer sencilla y pasar desapercibida ante las imponentes obras que creó más tarde, esta escultura fue clave en el desarrollo de su estilo y su maestría.

¿Qué es la “Virgen de la Escalera”?

Este bajorrelieve de mármol , de 57 x 40 cm, fue esculpido por Miguel Ángel cuando aún era un joven aprendiz. La obra representa a la Virgen María dando el pecho a su hijo Jesús, mientras que detrás se eleva una escalera en la que se encuentran otros niños. A primera vista, la pieza puede parecer simple, pero la técnica utilizada, el stiacciato , revela la destreza del futuro maestro. Esta técnica de bajorrelieve, muy sutil, apenas eleva la imagen de la superficie, y fue utilizada por Miguel Ángel para resaltar el contraste entre el fondo y las figuras. El stiacciato fue una de las innovaciones de Donatello, a quien Miguel Ángel admiraba profundamente, y cuya influencia es clara en esta obra.

La influencia de Donatello y el arte de la época

La “Virgen de la Escalera” está inspirada en la Madonna Pazzi de Donatello, una de las obras más emblemáticas del Renacimiento temprano. Como su maestro, Miguel Ángel utilizó el stiacciato para crear una obra de transición entre el arte medieval y las primeras propuestas renacentistas. Sin embargo, como destacó Giorgio Vasari, la obra de Miguel Ángel tiene algo más, un aire de gracia y diseño superior que presagiaba su evolución como artista. Su “Virgen” parece transmitir algo más que una simple maternidad: se percibe una sensación de distancia y premonición, como si se estuviera anticipando el sufrimiento de Cristo.

La simbología de la escalera

Uno de los elementos más intrigantes de la obra es la escalera que aparece detrás de la Virgen y el niño. Esta escalera, aunque es solo una sugerencia en el relieve, tiene una fuerte connotación simbólica: el ascenso al paraíso . A finales de la Edad Media, el concepto de la escalera como medio de ascensión a lo divino era muy significativo en la iconografía cristiana, algo que Miguel Ángel retoma en su obra. Además, la escalera, aunque simple, también otorga a la obra una perspectiva y una sensación de profundidad, algo que, aunque sutil, muestra el potencial artístico de su creador.

El regreso a lo clásico

En su obra, Miguel Ángel también introduce elementos que recuerdan al arte clásico, como los putti , o ángeles infantiles, que eran figuras populares en el arte de la antigua Roma. Sin embargo, Miguel Ángel innovó al representar a estos putti sin alas, un detalle que no solo era inusual en el arte religioso de la época, sino también un guiño a las influencias grecolatinas que comenzaban a impregnar el Renacimiento.

Una obra olvidada, pero fundamental en su carrera

La “Virgen de la Escalera” puede parecer una obra sencilla si la comparamos con los imponentes trabajos que Miguel Ángel realizaba en su madurez, pero es fundamental para entender el camino del artista hacia la grandeza. Con esta escultura, Miguel Ángel no solo rindió homenaje a su maestro Donatello, sino que también comenzó a forjar su propio lenguaje artístico. A través de ella, el joven escultor demostró su capacidad para mezclar la tradición con la innovación, algo que sería la base de todas sus futuras obras maestras.