El Camino Lebaniego es una ruta cántabra de peregrinación de 72 kilómetros que comienza en San Vicente de la Barquera y finaliza en el monasterio de Santo Toribio de Liébana. Este recorrido, de gran valor histórico y cultural, atraviesa diversos parajes naturales y ocho municipios: San Vicente de la Barquera, Val de San Vicente, Herrerías, Lamasón, Peñarrubia, Cillorigo, Potes y Camaleño.

Una particularidad que distingue a Cantabria es ser la única comunidad autónoma por la que transcurren dos caminos de peregrinación reconocidos como Patrimonio Mundial por la UNESCO: el Camino del Norte, que concluye en Santiago de Compostela, y el Camino Lebaniego, que conecta con el Camino Francés y está cargado de historia.

Situado principalmente en la comarca de Liébana, en la frontera con Asturias, el Camino Lebaniego tiene sus orígenes en la Edad Media, época desde la que se documenta la llegada de peregrinos al Monasterio de Santo Toribio, destino final de la ruta. Antiguamente los “crucenos” o “cruceros” recorrían este camino para vivir una de las experiencias más significativas: venerar los restos de la supuesta Cruz de Cristo y de Santo Toribio.

Antes de iniciar la experiencia como peregrino, es fundamental conocer que el Camino Lebaniego, al igual que otros itinerarios, cuenta con una credencial específica y un documento acreditativo llamado Lebaniega. Puede obtenerse en la parroquia El Cristo de Santander, así como en las oficinas de turismo de localidades como Santander, Santillana del Mar, Torrelavega, Castro Urdiales, San Vicente de la Barquera, Potes o Tama, por ejemplo.

Para conseguir la credencial del Camino Lebaniego es necesario ir recopilando sellos en los albergues o alojamientos visitados durante las etapas. Este gesto se convierte en parte del recorrido, ya que la Lebaniega solo se entrega al alcanzar la meta final: el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, un relevante centro de peregrinación y lugar de gran valor espiritual para los cristianos.

Primera etapa: San Vicente de la Barquera - Cades

Tradicionalmente señalizado con flechas rojas, el Camino Lebaniego se divide en tres etapas, aunque muchos peregrinos optan por recorrerlo en cuatro. Cada persona puede adaptar el ritmo a sus intereses y condiciones, siempre con responsabilidad y teniendo en cuenta el nivel de dificultad de cada tramo.

La primera etapa, de 28,5 kilómetros, comienza en San Vicente de la Barquera, villa marinera situada en el corazón del Parque Natural de Oyambre, reconocida por su puerto pesquero y su atractivo histórico, imprescindible para quienes inician la ruta.

Mapa del Camino Lebaniego.

La primera parada de la etapa será la iglesia católica de Nuestra Señora de los Ángeles, ubicada junto al castillo y la muralla, desde donde se pueden observar vistas panorámicas sobre la ría. Junto a este templo se conservan los restos del Hospital de la Concepción, que fue refugio de peregrinos desde los siglos XV y XVI, que aporta un valor histórico adicional al recorrido. La ruta continúa hacia Serdio, atravesando parajes en La Acebosa, Hortigal y Estrada, donde la naturaleza del camino se manifiesta en todo su esplendor. En Serdio, un albergue ofrece un espacio tranquilo para el descanso.

Antes de llegar a Muñorrodero, el sendero se bifurca: en esta zona comienza el Camino Lebaniego propiamente dicho, que conduce a la Senda Fluvial del río Nansa mediante una pista de montaña. Este tramo, entre árboles, pasarelas de madera y refugios de pescadores, mantiene la esencia natural del itinerario. Finalmente, se atraviesa Cabanzón (Herrerías), cuya torre medieval del siglo XV es una parada recomendada. La etapa concluye en Cades, donde no existen albergues, pero sí hoteles con precios asequibles para hospedarse.

Segunda etapa: Cades - Cabañes

Tramo del camino entre Muñorrodero y Cades, donde el sendero avanza paralelo al cauce del Nansa.

La segunda etapa del Camino Lebaniego, de 30,53 kilómetros, parte de Cades en dirección a La Fuente, donde se encuentra una de las joyas del románico cántabro: la iglesia de Santa Juliana, declarada Bien de Interés Cultural y construida entre finales del siglo XII y principios del XIII.

El recorrido prosigue con la ascensión a Burió y, posteriormente, al Collado de Hoz, desde donde se contempla el paisaje del valle de Lamasón. Desde este punto comienza una subida de 1,8 kilómetros que conduce a Cicera, localidad que dispone de un albergue abierto durante todo el año para los peregrinos. Desde Cicera, el camino continúa durante 9,6 kilómetros hasta Lebeña, donde se encuentra uno de los tesoros mozárabes del camino: la iglesia de Santa María de Lebeña. El tramo final discurre por carretera hasta llegar a Allende, donde se ubica un albergue para pernoctar.

Tercera etapa: Cabañes - Santo Toribio

Monasterio de Santo Toribio de Liébana.

La última etapa del Camino Lebaniego es más corta, con 13,7 kilómetros de recorrido. Al salir de Cicera, pasando por el puente y el molino, el itinerario se adentra en un bosque de castaños que asciende hasta el Canal de Francos. Tras este tramo, el camino continúa hacia Liébana, a los pies del macizo central de los Picos de Europa.

Desde allí se sigue por el sendero PR-S.3, señalizado con marcas blancas y amarillas, que conecta Lebeña con Castro Cillorigo. Este trayecto discurre junto a la carretera del desfiladero de La Hermida, donde es recomendable extremar la precaución mientras se contemplan las vistas. A continuación, bordeando la margen izquierda del río Deva, se llega a Potes, conocida como la villa de los puentes y de las torres. Desde aquí, en apenas media hora a pie, se alcanza el destino final: el Monasterio de Santo Toribio de Liébana.

Este enclave es uno de los cinco lugares santos de la cristiandad, junto con Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Caravaca de la Cruz. En su interior se custodia el Lignum Crucis, el supuesto fragmento más grande conservado de la Cruz de Cristo. El monasterio, emplazado en un entorno natural privilegiado, posee una iglesia construida en 1256 con elementos de gran valor histórico. Entre ellos, la capilla barroca del siglo XVIII, donde se guarda el Lignum Crucis, y la estatua en madera de Santo Toribio, cuyos restos fueron trasladados probablemente tras la Reconquista para protegerlos debido a su relevancia en el mundo cristiano.

Como broche a la peregrinación, los caminantes pueden atravesar la Puerta del Perdón, que se abre cada Año Jubilar Lebaniego, evento extraordinario de la Iglesia católica celebrado cuando el 16 de abril, festividad de Santo Toribio, coincide en domingo.