Este viernes habrá un remedo de Yalta en Anchorage, Alaska. Pero a 5.500 kilómetros, en Tokio, apartados del reparto del mundo, siguen anclados en el reparto de culpas. La novedad es que, en el 80 aniversario de la capitulación de Japón en la Segunda Guerra Mundial, Shigeru Ishiba se ha convertido en el primer jefe de gobierno del sempiterno Partido Liberal Democrático (PLD) en expresar “remordimiento”. El último primer ministro nipón que lo hizo, en 2012, fue Yoshihiko Noda, hoy jefe de la oposición.

Sin embargo, el bienvenido arrepentimiento de Ishiba ha quedado aguado por la visita de uno de sus ministros al santuario de Yasukuni, donde una parte de Japón rinde culto a sus criminales de guerra y donde su “museo” es una desacomplejada exaltación del militarismo nipón.

Shigeru Ishiba, e

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