El mundo asiste al inédito conflicto que enfrenta a Brasil con Estados Unidos y, con ello, a la verificación de un fenómeno que había quedado atrás en el tiempo: el uso franco de una política comercial por un país para presionar a otro con fines políticos.
Hay una expresión que sintetiza esa práctica, en este caso adoptada por la administración Trump sobre el gobierno de Lula Da Silva : weaponization, por “ weapon ”, arma en inglés. Washington “disparó” aranceles del 50% sobre productos brasileños, sin estricta relación con la guerra comercial que ha desatado en el resto del mundo (Argentina, con 10%): EEUU tiene superávit con Brasil.
El caso piloto de Brasil puede anticipar más de lo mismo desde Washington, y empujar a la región a estrechar lazos con China"
Con razón, se señal