El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, ha conmemorado el final de la Segunda Guerra Mundial y hablado de "remordimiento" -- un término que ningún jefe de Gobierno había usado en más de una década -- para recordar los crímenes de su país durante el conflicto, en un día caracterizado también por una protesta formal de Corea del Sur por una ofrenda enviada por el propio Ishiba al santuario de Yasukuni, lugar de sepultura de criminales de guerra.

"Nunca más debemos repetir los horrores de la guerra. Nunca más debemos perder el rumbo", ha declarado Ishiba durante la ceremonia del 80 aniversario de la rendición japonesa celebrada en el estadio Nippon Budokan de Tokio. "Debemos ahora volver a guardar en lo más profundo de nuestro corazón el remordimiento y también las lecciones a

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