España está inmersa en una que, además de arrasar miles de hectáreas de superficie, amenaza la supervivencia de los animales que huyen, se esconden o mueren ante las llamas, que queman los espacios donde habitan, como ocurrió esta semana en Tres Cantos.
Una veintena de caballos murieron en el incendio declarado este pasado lunes en la localidad madrileña de Tres Cantos, en un voraz incendio en el que también falleció, pocas horas después, un trabajador del centro de hípica que estaba tratando de salvar a los animales y que sufrió quemaduras en el 98 por ciento de su cuerpo.
En ese mismo incendio, dos explotaciones ganaderas resultaron afectadas por las llamas y se retiraron los cuerpos de 150 cabezas de ovino de raza colmenareña.
Y es que, según explica a EFE Mónica Colmena, técnico de