El termómetro de la industria alimenticia argentina volvió a marcar frío . En apenas una semana, cuatro de los mayores jugadores del sector, Mastellone, Molinos, Arcor y Ledesma, presentaron balances con resultados negativos o fuertemente deteriorados, en un escenario marcado por consumo interno deprimido, precios rezagados y costos que corren más rápido que los ingresos . La foto deja claro que la recuperación, esperada para el primer semestre, todavía no llega al changuito de los argentinos.
Mientras algunas lograron aumentar el volumen vendido, la inflación interanual y la lenta recomposición del poder adquisitivo de la clase media y baja limitaron la capacidad de trasladar subas de precios. En todos los casos, las exportaciones aportaron oxígeno, pero no fueron suficientes para