Algo especial traía en los bolsillos de su saco el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau, durante su reciente viaje a Colombia. El objetivo oficial de su presencia en el país era asistir, en representación del gobierno de Donald Trump, a las honras fúnebres de Miguel Uribe Turbay. Acompañar a la familia del senador asesinado en estos momentos de duelo.

Sin embargo, también había otro punto esencial en su agenda: Landau quería visitar, por primera vez, las tumbas de sus abuelos paternos, enterrados en Bogotá, en el Cementerio Hebreo del Sur. Y traía consigo, bien guardadas, unas pequeñas piedras que había recogido del patio de su casa con el fin de dejarlas sobre las lápidas de sus familiares como homenaje. Tan pronto acabaron las exequias de Uribe Turbay, el subsec

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