Hace un par de semanas el mundo quedaba impactado por la noticia anunciada por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump: se reuniría en persona con Vladímir Putin, su homólogo de Rusia. El líder del Kremlin estaba prácticamente vetado en casi todo el mundo, no se le veía en Occidente desde 2022, antes de la guerra en Ucrania, y su última cumbre con un mandatario estadounidense fue en 2021.
La ubicación elegida no fue al azar. La base militar Elmendorf-Richardson en Anchorage, Alaska, está en un territorio que fue de Rusia hasta que en el siglo XIX el imperio de los zares se lo vendió a Estados Unidos. Para distintos medios de comunicación en todo el mundo, es una señal de Putin de que su país puede cumplir con acuerdos de repartición de territorio . Algo que cada día parece más