SEMANA: Los colombianos más jóvenes quizás no habían vivido un momento de tanto dolor, desazón y desesperanza como el que produjo el magnicidio de Miguel Uribe Turbay. ¿Cómo ha sentido espiritualmente lo que pasó?
Alberto Linero: Es una situación de mucha tristeza, de mucho dolor y de mucha frustración, porque es comprobar que no hemos aprendido como sociedad de todas las experiencias del pasado. Es un déjà vu . Y todos esos sentimientos son normales. Nos golpea a todos y nos vuelve a juntar en torno a la fragilidad de la vida. Pero también creo que es una oportunidad para que, desde la empatía, tratemos de construir un mañana distinto y un presente distinto.
SEMANA: ¿Cómo entender que una situación tan dolorosa altere los ánimos políticos de una manera tan agresiva?
A.L.: Es que no