
Los incendios que arden sin control han provocado otra noche de caos en Ourense. El recuento oficial de la Xunta este sábado es que están activos 10 fuegos en la provincia que arrasan ya 42.000 hectáreas y que obligaron a desalojar una residencia con más de un centenar de ancianos en A Rúa, a lanzar avisos para que los vecinos se confinen y a peticiones desesperadas de ayuda de quienes ven sus viviendas cercadas por las llamas en aldeas como las de San Paio y Mones, en Petín.
Los relatos de los vecinos hablan de una densa humareda que impide incluso ver dónde se encuentran las llamas. El fuego prendió en Larouco el miércoles por la tarde y, alimentado por la vegetación seca tras semanas sin lluvias y el viento, se propagó al municipio vecino de Petín. Pasó también al otro lado del embalse de San Martiño, a territorio de A Rúa y continúa avanzando. Se ha adentrado en Quiroga (Lugo) y avanza hacia Vilamartín de Valdeorras. Este último ayuntamiento lanzó en la noche del viernes un aviso a sus vecinos para que extremasen las precauciones porque el incendio se estaba acercando a la aldea de Busdei. La alerta se dirigía especialmente a quienes tienen su casa en la parte alta de o con orientación norte y les indica incluso un punto de encuentro en previsión de que sea necesario abandonar las viviendas.
En Petín, una vecina cuenta que las llamas provocaron un corte del suministro eléctrico durante horas. En toda la comarca de Valdeorras estaban caídas las comunicaciones telefónicas, tanto móviles como fijas, de casi todas las compañías. Explica que este sábado por la mañana sigue habiendo una densa humareda que impide abrir las ventanas y apreciar dónde está ardiendo. Relata también que vecinos de aldeas que se encuentran ladera arriba, como San Paio y Mones, llegaron desesperados pidiendo ayuda al verse rodeados por las llamas.
El viernes el incendio obligó a desalojar la residencia de mayores de Os Pinos, en el municipio de A Rúa. En su avance las llamas habían quemado la nave de una empresa de componentes de automoción y un punto limpio, lo que provocó una nube de humo tóxica. También se produjeron cortes en las carreteras de acceso. El Ayuntamiento está recurriendo a las redes sociales para lanzar avisos. El más reciente advierte de que, aunque a primera hora de la mañana los principales focos que hay en el municipio parecen bajo control, se pueden reactivar. Indica también que sigue habiendo “importantes problemas” en las comunicaciones.
La Xunta, por su parte, comunica que este incendio ha arrasado unas 2.000 hectáreas y sigue descontrolado. Se limita a indicar que ha habido confinamientos en los núcleos de Petín, Barxela y O Porto, en el municipio de Petín y en San Julián, en el de A Rúa. También indica que cinco personas heridas acudieron por sus propios medios al hospital de O Barco de Valdeorras.
El parte de la Consellería do Medio Rural reduce a 68 las personas que constan confinadas de manera preventiva en toda la provincia, en varios núcleos de Trasmiras (Mosteiro, O Bouzo y Vilar de Lebres) y Montederramo (Montederramo y Viloxe), además de los citados en A Rúa y Petín.
En la provincia continúa ardiendo sin control el que ya es el incendio más grande desde que hay registros, el de Chandrexa de Queixa, que ha calcinado 16.000 hectáreas tras unirse los fuegos que habían empezado en dos parroquias de este municipio y otro de Vilariño de Conso. Las llamas se han extendido también por áreas de Montederramo, Manzaneda, A Pobras de Trives, O Bolo y Laza.
El incendio que empezó en A Mezquita, que se extendió hacia A Gudiña y territorios limítrofes de la provincia de Zamora, lleva 9.000 hectáreas quemadas. El de Oímbra, que afecta también a Monterrei, Cualedro, Verín y Laza, asciende a 10.500 hectáreas. En Maceda han ardido ya 3.000. En Vilardevós constan tres incendios simultáneos que queman 700, 500 y 100 hectáreas. Además, el viernes comenzaron a arder dos zonas de Carballeda de Avia, en las que ya están afectadas 220 hectáreas.
Fuera de la provincia de Ourense, está activo un incendio en Muxía (A Coruña), que arrasa una superficie de 50 hectáreas y otro en Agolada (Pontevedra), en el que están amenazadas las casas del núcleo de O Sexo. Han ardido por el momento 400 hectáreas.