Un hombre identificado como Marco Antonio Modesti Cañizalez contactaba a turistas por redes sociales y se hacía pasar por guía turístico en Bogotá. Con esta fachada, los convencía de acompañarlo a recorridos culturales, gastronómicos y de entretenimiento, hasta ganarse su confianza.
Las investigaciones indican que al finalizar los paseos, el hombre llevaba a las víctimas hasta sus hoteles, donde los persuadía para compartir una bebida. En los líquidos, habría disuelto medicamentos veterinarios que dejaban inconscientes a los viajeros.
Una vez en estado de indefensión, el falso guía robaba dinero, joyas y objetos de valor, además de realizar transferencias bancarias. Las denuncias acreditan víctimas de varias nacionalidades: italianos, tailandeses, norteamericanos, israelitas y alemanes