Cada 16 de agosto, el barrio Torcoroma, cerca de la ciudad de Ocaña, en el Norte de Santander, se viste de fiesta en conmemoración a la historia de la aparición de una imagen de la Virgen María hace más de 300 años en sus montañas.

Esta advocación, según explica la Conferencia Episcopal de Colombia y Diócesis de Ocaña, trasciende las fronteras nortesantandereanas congregando a cientos de fieles de diferentes zonas de la región, convirtiéndose en símbolo de fe, identidad y unidad para los colombianos.

Su historia se remonta al siglo XVIII, cuando, según la tradición, la imagen de la Virgen María fue encontrada por un labriego en el cerro de Torcoroma, exactamente en el corazón de un árbol, un suceso que marcó profundamente la espiritualidad de la región.

De acuerdo con datos registra

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