Este sábado 16 de agosto, el asteroide 2025 PR1 realizó su máxima aproximación a la Tierra a las 2:21 de la madrugada (hora de Londres), según el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA. Aunque su nombre suene intimidante, este cuerpo rocoso de unos 17 metros de ancho —similar al tamaño de una casa— pasó a una distancia segura de 980.000 kilómetros, más de dos veces la distancia entre la Tierra y la Luna.
A pesar de que no representaba peligro, su velocidad de 28.520 kilómetros por hora y su trayectoria cercana lo convirtieron en objeto de seguimiento por parte de observatorios astronómicos en todo el mundo. La NASA lo clasificó como un NEO (Near-Earth Object), es decir, un objeto cercano a la Tierra que merece atención por su proximidad.
¿Cómo se detectan estos asteroides?