El jengibre se ha convertido en un infaltable en muchas cocinas por su aroma, su sabor particular y sus múltiples beneficios para la salud. Lo que pocos saben es que no hace falta comprar semillas especiales para cultivarlo: con un simple rizoma podés iniciar tu propia planta en casa y disfrutar de una cosecha abundante.

El secreto está en conocer algunos pasos clave que los jardineros experimentados suelen guardar para sí mismos. Uno de los primeros interrogantes es si conviene hacer germinar el jengibre en agua o directamente en tierra. Ambas opciones son válidas, aunque presentan diferencias. En agua, con la ayuda de palillos que sostienen el trozo de rizoma en un frasco, los brotes aparecen más rápido porque la humedad es constante y además podés observar el proceso.

En cambio,

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