En sus considerandos, el decreto 562/2025 –por el que el Gobierno decidió que a partir de ahora el día del niño se celebrará el tercer domingo de agosto– nombra la Convención de los Derechos del Niño, su jerarquía constitucional y la sugerencia de la Asamblea General de Naciones Unidas para que los gobiernos celebren el Día Universal del Niño “en la fecha y la forma que cada uno de ellos estime conveniente”. Pero la Convención establece puntos mucho más importantes que la definición de un día en particular: al ratificarla y darle rango constitucional, Argentina se comprometió, por ejemplo, a garantizar “el disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación”.
Tal vez, este es uno de los puntos que más controversia generaro