La moral está a la orden del día. En el coctel, en la reunión familiar, en el banquete, en el festival, al norte y al sur se pontificia, se profundiza, se controvierte sobre los valores morales, que lastimosamente fallan en Colombia: Pero eso es para descrestar calentanos.

Porque los amnésicos, los de “calle la jeta”, los que están en la onda piensan otra cosa. Los llaman “resortes éticos” no tienen por qué ser tan escrupulosos. Deben ser de cierre elástico, que permitan esos enriquecimientos tan súbitos que de cliente de la tienda de la esquina se convierta en empresario y clubman. Así, si se trata de gozar de prestigio y respeto lo “in” es estar bajo sospecha y al borde de una investigación. Desde ese instante se goza de aureola de personaje enigmático, mezcla de satanismo y misterio. L

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