La reciente adquisición de un boceto al desnudo por apenas USD 12 en una subasta de Pensilvania ha reavivado el interés por una faceta poco explorada de Pierre-Auguste Renoir . La compradora, intrigada por la familiaridad de la figura retratada, consultó a un tasador y recibió una respuesta inesperada: “Felicidades”, le comunicaron, pues había adquirido un dibujo original de Renoir, cuyo valor podría alcanzar las seis cifras.
Este hallazgo fortuito no solo ilustra la frecuencia con la que obras de grandes artistas resurgen de manera inadvertida, sino que también pone de manifiesto el escaso reconocimiento que han recibido los trabajos sobre papel del pintor francés, un aspecto que tanto coleccionistas como curadores han relegado durante décadas. La noticia cobra especial relevancia