Ante la oleada de incendios, unos provocados, otros caídos del cielo en forma de rayos, otros vaya usted a saber, la gente ha reaccionado sacando una rabia contenida en esa España vaciada (y ahora quemada) que delata la tremenda injusticia que la España de las autonomías ha cometido con la parte más pobre del país. ¡Esto mete miedo! declara un asturiano. ¡Un tractor! Pide la joven escritora leonesa Marta del Riego Anta, desde la Bañeza. ¡Por aquí no ha venido nadie! Llora la vecina que ha visto su casa ardiendo horas y horas sin que haya aparecido ni un solo auxilio... Las imágenes de caballos al trote huyendo del fuego, y de águilas sobrevolando las llamas para atrapar a los conejos que huyen despavoridos, viene a completar el grito de la vida contra la muerte y obligan a la reflexión. Po

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