Se juega en Estados Unidos , sí, concretamente en Nueva York . Y allí, en aquellas pistas de grandes aforos, fue donde Carlos Alcaraz consiguió su primer Grand Slam, el primero de sus cinco majors cosechados por el murciano… hasta la fecha. Pero el US Open, aunque es el cuarto y último Grand Slam que se celebra anualmente, aguarda muchas curiosidades que tal vez desconozcas. Es el segundo más antiguo, habiendo celebrado su primera edición en 1881 , solo cuatro años después del estreno del legendario y señorial Wimbledon. Sin embargo, los organizadores del US Open pueden estar orgullosos de un dato: ha sido el único de los grandes torneos de tenis que nunca ha visto su continuidad interrumpida, disputándose incluso durante los periodos de la Primera y Segunda Guerra Mundial o, más recientemente, la pandemia de Covid-19.

Otra peculiaridad distintiva del US Open es su variedad de superficies en las que se ha jugado el torneo. Y es que es el único Grand Slam que ha sido disputado en las tres principales superficies del tenis, las tres que copan la mayoría de torneos de la temporada . Originalmente, desde 1881 hasta 1974, se jugó sobre hierba. Luego, tuvo un breve período en tierra batida, específicamente entre 1975 y 1977, en una variante de arcilla verde conocida como ‘har-tru’. Desde 1978 hasta la actualidad se juega en pista dura, siendo la superficie actual Deco Turf.

El torneo también fue un pionero en la introducción de partidos nocturnos . Desde 1975, el US Open comenzó a programar sesiones de juego por la noche, una innovación que permitió que algunos encuentros se extendieran hasta la medianoche y cuya intención era la búsqueda de más espectáculo. Esta práctica se ha convertido en una de sus señas de identidad y ha influido en otros torneos, como la Copa Davis, que también ha adoptado las sesiones nocturnas, aprovechando el vibrante ambiente de Nueva York.

Igualdad de premios desde 1973

El torneo neoyorquino también fue precursor en la igualdad en el deporte: el US Open fue el primer Grand Slam en equiparar los premios económicos para los campeones de las categorías masculina y femenina . Esta decisión histórica se tomó en 1973, estableciendo un precedente que tardaría décadas en ser emulado por los otros grandes torneos: Wimbledon lo hizo 34 años después, mientras que Roland Garros y el Abierto de Australia tardaron 39 años en implementar la misma política.

Una característica reglamentaria que lo distinguía también de los demás Grand Slams es la implementación del tie-break en el quinto set . A diferencia de otros torneos, que permitían que el quinto set se extienda indefinidamente hasta que un jugador logre una ventaja de dos juegos (de ahí el partido más largo de la historia, en Wimbledon, con 70-68 en la manga “definitiva” ), el US Open decidió ser el primero en resolver los empates en este set decisivo mediante un desempate. Esta medida, también adoptada en la Copa Davis, busca evitar partidos excesivamente largos.

El US Open también ha estado a la vanguardia de la incorporación de tecnología en el arbitraje. Desde la edición de 2018, cuenta con el sistema de 'Ojo de Halcón' instalado en la totalidad de sus pistas de juego. Esta tecnología permitía a los jugadores solicitar la revisión de decisiones de línea dudosas, asegurando una mayor precisión en los llamados y reduciendo los errores humanos en el transcurso de los partidos.

Sumándose a sus innovaciones tecnológicas, el US Open fue el primer Grand Slam en implementar el reloj de 25 segundos entre servicios para los jugadores . Esta medida, aunque ha generado siempre cierta controversia en el circuito, fue introducida para regular el tiempo entre puntos y agilizar el ritmo de juego, en parte con el objetivo de optimizar los cortes publicitarios durante las transmisiones televisivas. Pero hay jugadores que consideran que es insuficiente para descansar, secarse las manos o pensar en la próxima estrategia. De hecho, el propio Rafa Nadal se quejaba de lo estricta de una medida sobre todo cuando, por ejemplo, los dos contrincantes disputan una intensa y larga jugada , tras la que necesitan un descanso mayor que el de 25 segundos.

Es el único de los grandes torneos que nunca ha visto su continuidad interrumpida, disputándose incluso durante los periodos de la Primera y Segunda Guerra Mundial o, más recientemente, la pandemia de Covid-19

Para deleite de los aficionados, el US Open ofrece un recuerdo único e inolvidable: la posibilidad de llevarse a casa las pelotas de tenis que caen en las gradas . Si una bola golpeada por los jugadores se desvía y termina entre el público del USTA Billie Jean King National Tennis Center, los afortunados espectadores tienen permiso explícito del torneo para conservarlas como un valioso souvenir de su experiencia. Seguramente habrás visto cómo, en el resto de torneos, los aficionados sonríen bola en mano… pero sabiendo que deben devolverla a la pista o entregársela a alguno de los recogepelotas del torneo.

Finalmente, el US Open se enorgullece de albergar el Arthur Ashe Stadium, la cancha de tenis más grande del mundo . Construida entre 1995 y 1997, este imponente estadio tiene una capacidad para 23.771 espectadores , superando con creces la afluencia de otras canchas centrales de Grand Slam. Su gran tamaño no solo lo convierte en un ícono arquitectónico, sino también en el estadio más “ruidoso” del circuito, creando una atmósfera incomparable durante los partidos. Las pistas centrales del Open de Australia, Roland Garros y Wimbledon , a pesar de sus renovaciones acometidas en los últimos años (incorporando techos retráctiles, por ejemplo), rondan las 15.000 localidades .