En el término municipal de Jubrique, en plena Serranía de Ronda y dentro del entorno de la Sierra Bermeja, se encuentra la ruta del arroyo del Quejigo. Este recorrido circular combina tramos de sendero forestal con zonas semiacuáticas y se ha consolidado como una de las propuestas de naturaleza más conocidas de la provincia de Málaga. Su principal atractivo radica en la sucesión de pozas y pequeños saltos de agua que acompañan al visitante a lo largo de buena parte del trayecto.

El itinerario discurre junto al arroyo del Quejigo, un afluente del río Almarchal que a su vez desemboca en el Genal. El agua ha modelado el terreno creando charcas naturales, cascadas y corredores sombreados en los que predominan especies como alcornoques, pinos, adelfas y helechos. Se trata de un entorno fresco en verano gracias a la cobertura vegetal y a la presencia constante del cauce, lo que convierte a esta ruta en una alternativa de interés en épocas de altas temperaturas.

Su acceso principal se localiza en la carretera MA-8304, que conecta el Puerto de Peñas Blancas con Genalguacil. Desde allí, el recorrido se adentra en un paisaje forestal hasta alcanzar los distintos puntos de agua. Existen varias mediciones sobre la longitud y dificultad: algunas fuentes la sitúan en torno a los 4,3 kilómetros con un desnivel acumulado de unos 142 metros, mientras que otras la amplían hasta unos 7,5 kilómetros, siempre en formato circular y con una exigencia moderada.

Un recorrido circular con varios puntos de agua

El inicio de la ruta se realiza desde una pista forestal con espacio para estacionar, próxima al kilómetro 14 de la MA-8304. Desde este punto se desciende hasta el arroyo, donde comienza el trazado. A lo largo del camino aparecen varias formaciones singulares de agua conocidas localmente como charcos o pozas. La primera de ellas es el Charco Azul, una piscina natural encajonada entre paredes de roca y con un salto de agua que la alimenta. Uno de los enclaves más visitados por su facilidad de acceso y la transparencia del agua.

Charco Azul.

Tras avanzar alrededor de un kilómetro, el sendero conduce al Charco Encantado, que presenta un pequeño salto y un tronco caído que cruza el cauce. Este punto se encuentra rodeado de vegetación y supone otra parada habitual para quienes recorren el itinerario. Posteriormente, aparece el Charco Cuadrado, denominado así por la forma de su cubeta natural. Muy próximo se sitúa la Poza María Teodora, una caída de agua sobre una pared pulida que genera una poza en la base. Estos enclaves constituyen las principales referencias del trayecto, aunque el curso del arroyo ofrece también rincones menores donde es posible detenerse.

El recorrido circular regresa al punto de partida siguiendo el cauce y retomando después la pista forestal inicial. La duración estimada oscila entre dos y tres horas, dependiendo del ritmo de cada visitante y del tiempo dedicado a las paradas en los charcos. El desnivel acumulado, que ronda los 140 metros, no resulta excesivo, aunque la presencia de tramos húmedos obliga a caminar con precaución.

Organizar la visita al arroyo del Quejigo

Aunque se trata de un recorrido relativamente corto, las características del terreno obligan a tomar ciertas precauciones. Se recomienda el uso de botas de montaña, ya que ofrecen mejor agarre sobre superficies mojadas. También es aconsejable llevar ropa de repuesto y bolsas estancas para proteger objetos personales como móviles, cámaras o llaves, dado que parte del sendero transcurre dentro del propio cauce.

El acceso principal se localiza en el kilómetro 14 de la MA-8304, entre Genalguacil y el Puerto de Peñas Blancas. Desde este punto arranca la pista forestal que conduce al inicio del itinerario. El sendero no dispone de señalización turística oficial, por lo que se recomienda consultar previamente los mapas digitales disponibles en plataformas especializadas o seguir rutas registradas con GPS. Algunos excursionistas aprovechan la cercanía para visitar Jubrique o Genalguacil, ampliando así la jornada con una actividad cultural en los pueblos del entorno.

En resumen, la ruta del arroyo del Quejigo constituye una opción de interés dentro de la oferta de senderismo en la provincia de Málaga. Su combinación de tramos forestales y semiacuáticos, la presencia de pozas y cascadas y su localización en la Serranía de Ronda la han consolidado como una propuesta adecuada para quienes buscan un itinerario de naturaleza accesible y concentrado en pocas horas. La experiencia requiere planificación mínima y el cumplimiento de unas recomendaciones básicas, pero ofrece a cambio un recorrido singular en uno de los entornos más característicos de la Sierra Bermeja.