En la parroquia Concepción, un sector conocido por su nombre evocador, Caja de Agua, se ha convertido en un escenario de polvo y desesperación. Lo que en mayo comenzó como una solución largamente esperada, ha dejado a sus habitantes en una encrucijada que amenaza con llevarse su salud y tranquilidad.
En el corazón de este problema se encuentra la calle 47, entre las avenidas 13A y 13B. Allí, tras los trabajos de la hidrológica para reparar el colapso de las cloacas, la tierra se ha adueñado del paisaje. Zamira Mujica, una vecina afectada, resume el sentir de su comunidad, “en el mes de mayo iniciaron los trabajos, pero ahora nos vemos afectados porque mira cómo están las calles, con tanta tierra que está afectando la comunidad”.
El polvo, omnipresente, ha comenzado a pasar factura. Seg