Los ciudadanos somos responsables de las torpezas que delegamos en quienes confiamos las decisiones colectivas de los territorios. Pretender que el Concejo de Neiva funciona como una junta directiva es, por decir lo menos, ingenuo.
En el mundo empresarial, una junta directiva vela por los objetivos de mediano y largo plazo de la organización. Es el órgano que corrige el rumbo cuando el administrador pone en riesgo la salud financiera de la empresa. Son los avalistas de las utilidades y, cuando su voz no se escucha, incluso renuncian en pleno para no ser cómplices de la irresponsabilidad gerencial.
En cambio, en la política local nos encontramos con corporaciones que rara vez ejercen ese rol de contrapeso serio. Más que velar por el futuro de la ciudad, muchas veces parecen estar ocupadas