Treinta y tres minutos. Eso le alcanzó a Unión para clavarle cuatro piñas a Instituto en Alta Córdoba. Un 0-4 que todavía duele, que causó revuelo en redes sociales entre los hinchas y que dejó al equipo tambaleando. Fue un papelón con todas las letras, el más duro desde el regreso a Primera.

Pero más allá de que cueste y mucho, hay que dar vuelta de página. En ese sentido, este lunes el plantel volvió a entrenarse, con caras largas y silencios pesados. Salvo el capitán Fernando Alarcón, hasta ahora ningún jugador habló después de la goleada.

Daniel Oldrá tendrá que arengar y levantar cabezas, porque la goleada no sólo fue un cachetazo futbolístico: pegó en la autoestima, en la confianza y hasta en las metas que se había puesto el club para este año. El DT sabe que necesita una reacción

See Full Page