Los coches eléctricos han llegado con grandes promesas de sostenibilidad, pero también con nuevos desafíos para los cuerpos de bomberos. Uno de los más peligrosos es e l incendio de sus baterías de iones de litio, que pueden superar los 1.000 °C y liberar gases tóxicos al entrar en fuga térmica. A diferencia de los motores de combustión, estos fuegos no se apagan simplemente con agua sobre el capó.

Conscientes de este riesgo, dos bomberos de Naperville , Illinois — Danny Puknaitis y Michael Jost — desarrollaron la P oseidon Nozzle , una lanza de aluminio aeronáutico capaz de deslizarse bajo el coche y atacar directamente el núcleo del fuego: el paquete de baterías. Este diseño permite actuar incluso en espacios reducidos como aparcamientos subterráneos, donde el acceso suele

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