Ricardo Villón (32) —uno de los últimos detenidos por el sicariato de José Reyes Ossa— era un proveedor de armas de todo tipo: fusiles, pistolas y granadas. Al menos así lo describió uno de los imputados como autor material del asesinato. Lo llamó por su apodo, “Tío Lukas”. Aseguró que es un sujeto peligroso, que no le tiene “miedo a los hechos” y que lideraba una agrupación llamada “Los Ñaños”, organización criminal proveniente de Ecuador.

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