Las elecciones en Bolivia han marcado un cambio significativo en el panorama político del país. En un balotaje programado para el 19 de octubre, Rodrigo Paz Pereira y Jorge "Tuto" Quiroga se enfrentarán, dejando atrás dos décadas de dominio del Movimiento al Socialismo (MAS). La analista internacional Fernanda Cornejo destacó que este evento representa un quiebre profundo en la política boliviana, ya que ambos candidatos están vinculados a la centroderecha. "Es un enfrentamiento entre dos personas que vienen a cambiar rotundamente la lógica de lo que estábamos acostumbrados a ver en Bolivia", afirmó Cornejo.
Los resultados preliminares muestran a Paz con un 31,3% de los votos, mientras que Quiroga obtuvo un 27,3%, lo que se considera un empate técnico. Este cambio se ha visto influenciado por factores económicos y sociales, como la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania, que han debilitado la gestión del presidente Luis Arce. Cornejo subrayó que la caída en la producción de hidrocarburos y otros indicadores económicos han acelerado el desgaste del oficialismo.
El balotaje se presenta como una contienda abierta. Evo Morales, expresidente y líder del MAS, ha llamado a votar nulo, lo que resultó en un 19% de los sufragios, superando a varios candidatos. Morales se ha manifestado "muy contento" con este resultado, considerándolo un castigo a la nueva derecha. Sin embargo, su partido ha quedado con escasa representación en la Asamblea Nacional, lo que limita su influencia en la aprobación de leyes.
El contexto regional también es relevante. Cornejo mencionó que el viraje político en Bolivia se enmarca en un reordenamiento más amplio en América Latina, similar a lo que ha ocurrido en Argentina. La derecha ha capitalizado el divisionismo de la izquierda, que ha quedado diezmada en estas elecciones.
Paz y Quiroga, aunque ambos se sitúan en la derecha, provienen de culturas políticas diferentes. Paz es hijo de un expresidente y ha tenido un recorrido político marcado por la oposición a la dictadura, mientras que Quiroga tiene un perfil más explícito de extrema derecha, habiendo sido parte del gobierno de un dictador en el pasado.
El ex presidente Morales, a pesar de estar inhabilitado para participar como candidato, ha logrado movilizar un significativo número de votos nulos, posicionándose como el principal opositor al próximo gobierno. Con un pedido de captura en su contra, Morales ha declarado que su movimiento es una forma de resistencia y ha prometido seguir luchando por la recuperación económica y la democracia en Bolivia.
El futuro político de Bolivia se presenta incierto, con un balotaje que podría redefinir el rumbo del país y la posibilidad de que la derecha tome el control total del gobierno.