Por Albeiro Arciniegas
Odontólogo de formación, precursor de la implantología en Colombia y galardonado internacionalmente en Alemania, Amilkar Ariza es un artista que nació en Ríohacha y que con la perfección de los colores y las formas trazó un rumbo diferente a su vida y a su historia.
“Siempre tenía mano y mente y espíritu para hacer arte”, dice con voz fuerte y esa cadencia costeña que nunca abandona y que parece cargada de nostalgia. Y es que su tránsito de los instrumentos de odontología al cincel no fue un capricho, sino una vuelta a casa, obedeció a su naturaleza interior.
La obra de Amílkar Ariza no es ajena a su contexto. Es pública, monumental, profundamente selectiva en su elección de personajes. Uno de sus trabajos más conocidos es la escultura en bronce a Carlos El Pibe