Cuando Larry Álvarez Nuñez, alias “Larry Changa”, llegó a Chile en 2018, lo hizo por la puerta: legalmente y con estatus migratorio regular. Sorprendentemente, haberse fugado en 2015 de la cárcel de Tocorón, en Venezuela, no fue suficiente para encender las alertas de las autoridades.
Al inicio mantuvo un perfil bajo. Abrió negocios y vendió arepas en Santiago centro. Pocos se imaginaban el alcance de sus planes para los próximos años: sentar las bases para que el Tren de Aragua se expandiera a lo largo de Chile.
Según un análisis del think tank especializado en crimen organizado, Insight Crime , titulado Chile seguro se enfrenta a la violencia extrema de pandillas , el Tren de Aragua encontró un país que no había experimentado nada parecido, y la banda venezolana utilizó esa falt