Cartas al director

Sabido es que la verdad de la información muchas veces está condicionada por intereses espurios de grupos y redes que controlan ciertos medios de comunicación. Hasta ahora la comunicación de la información era de humano a humano. Pero en nuestros días otro actor ha entrado en escena: la inteligencia artificial (IA). La IA es capaz de acumular poder y manipular a las personas, aunque cueste creelo. Ya la relación no sólo se establece entre humanos sino también de máquina a humano o de máquina a máquina. De esta forma la tergiversación de la información puede llegar a ser escandalosa y dañina para la humanidad. Y es aquí donde entra en juego esa palabra que tanto gustaba a Íñigo de Loyola: el discernimiento.

Porque la irrupción de la IA puede ser beneficiosa para la huma

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