La mayoría de los adultos con una relación estable o que viven con su pareja comparten la cama, a pesar de que para algunas personas la elección de dormir solo o acompañado depende de diversas razones.

En este contexto, diversos estudios demostraron que, más allá de la comodidad, compartir la cama puede ofrecer beneficios para la salud mental y física que pueden ir desde una mejora en la calidad del sueño hasta un fortalecimiento del sistema inmunológico.

Uno de los estudios demostró que las parejas que se acuestan juntas tienen la tendencia a sincronizar sus ciclos de sueño, acostándose y despertándose a la misma hora.

Esto favorece el ritmo circadiano, facilitando que se duerman aproximadamente a la misma hora todas las noches al crear una rutina en el descanso.

Además de ayud

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