Cuernavaca.– En un episodio que oscila entre lo tragicómico y lo alarmante, un adolescente de 14 años irrumpió en las instalaciones de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano (SEPRAC) de Cuernavaca la semana pasada, declarando solemnemente que era "un sicario al servicio de un grupo criminal organizado". Con detalles gráficos que incluían ejecuciones, tráfico de drogas y manejo de armas largas, el joven afirmó haber participado en múltiples homicidios y exigió ser detenido.
Sin embargo, lo que inicialmente pareció un escalofriante testimonio de la infiltración del narco en la juventud mexicana resultó ser un producto de alucinaciones psiquiátricas agravadas por el consumo excesivo de videojuegos violentos, como el popular Free Fire.
Su madre, al llegar al lugar, confirmó que su h