Tres, cuatro o cinco días de trabajo de parto sin atención médica. Una zona alejada. Un parto obstruido debido a una pelvis estrecha. Ruptura de tejidos entre la vagina y la vejiga, y el recto. Daño psicológico. Vergüenza. Miedo. Presión social. Muchas veces la muerte. Y casi siempre el olvido.
Estas son algunas de las circunstancias que puede atravesar una niña, en el Perú, a quien se le ha forzado a ser madre. Esta realidad se agrava si a ello le sumamos la pobreza, el espacio geográfico y el abandono del Estado. Hace unos días, la noticia de una niña de 13 años, del distrito de Panao, provincia de Pachitea, en el departamento de Huánuco, quien murió dos horas después de dar a luz, no nos removió. No sacudió las fibras sociales ni políticas del país. ¿Dónde estaban quienes ya se van per