Distintas formas de violencia acompañan al ser humano desde los albores de la civilización, y se tiende a reflexionar sobre ellas como un fenómeno connatural a nuestra especie. Pero hay una, de reciente aparición, que amerita especial y urgente atención: la violencia digital.
El sábado se va a cumplir un año del suicidio de Ema Bondaruk, una adolescente que se quitó la vida un día después que su novio compartiera en redes sociales un video de ambos manteniendo relaciones sexuales. Su mamá, Laura Sánchez, busca impulsar en el Congreso de la Nación una ley para prevenir y abordar esta problemática en las escuelas de toda la Argentina, para que no haya más muertes como la de Ema.
La violencia digital de género es un nuevo flagelo que causa conmoción en el mundo, cobrándose vidas en distinto