El fin de la ola de calor y la caída de las temperaturas ha contribuido a estabilizar en las dos últimas jornadas la crítica situación que vive la provincia de Ourense. Aunque permanecen activos tres megaincendios y otros cuatro focos, la superficie arrasada no ha aumentado en las últimas horas , gracias en parte a la ayuda que el aire húmedo del noroeste ha prestado a los servicios de extinción.

Esta situación meteorológica favorable se mantendrá, pero poco tiempo. Desde el viernes, se prevé una nueva subida de los termómetros , con máximas en el entorno de los 35 grados en el sur de la comunidad. Volverá a soplar, además, el temido nordés , que aporta aire mucho más seco. Por tanto, la «ventana de esperanza» a la que se refirió el presidente de la Xunta, Alfonso

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