Transformar requiere transformados, convertidos en transformadores. Y no es trabalenguas sino sentido común

Cambiar a una sociedad requiere mucho más que ideales justos, voluntad o liderazgos hábiles y responsables. Requiere cuadros. La Cuarta Transformación quedará en dichos y proclamas, si no desarrolla a los actores dispuestos a convertir en realidad una nueva sociedad a todo lo largo del territorio y de la pirámide de la administración pública. Transformar requiere transformados, convertidos en transformadores. Y no es trabalenguas sino sentido común.

Ese es el desafío del segundo piso de la 4T, la verdadera obra negra que intenta construir el gobierno de Claudia Sheinbaum. A 11 meses de iniciado el gobierno hay pocas dudas de la capacidad profesional de la presidenta. Una verdader

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