Cartas al director
Arde la península en medio de un escenario de caos y desolación. Hace unos días contemplamos con el corazón encogido las imágenes de una señora, creo que era portuguesa, que forcejeaba con una agente desoyendo su advertencia de inminente necesidad de abandonar su casa.
La señora, con el alma desgarrada, gritaba su negativa y, casi a empujones, la chica la obligaba a subir a un vehículo y poner su vida a salvo, lejos de las llamas. Pocas situaciones ha de haber que duelan tanto como la de verte en la necesidad de salir corriendo con lo puesto y dejar atrás tu vivienda, tu historia, tus recuerdos, tus pertenencias, tus tesoros, tu refugio, tu patrimonio, tu lugar seguro. El fuego arrasa montes, campos y pueblos borrando de un plumazo parte de nuestra tierra, de nuestra h