Durante el partido de revancha entre Independiente y Universidad de Chile, correspondiente a los octavos de final de la Copa Sudamericana, se produjeron graves incidentes provocados por los hinchas del equipo chileno. Testigos en el estadio informaron que los seguidores de La U lanzaron butacas, botellas de vidrio, palos y bombas de estruendo. Además, se reportó que varios asientos fueron incendiados, lo que generó una atmósfera de preocupación en las gradas.

La situación llevó a las autoridades a reforzar las medidas de seguridad en el recinto. Se advirtió que, si continuaban los lanzamientos de proyectiles desde el sector visitante hacia la hinchada de Independiente, el partido podría ser suspendido. El segundo tiempo del encuentro se interrumpió a los 48 minutos debido a los disturbios provocados por la barra del equipo azul, que, hasta ese momento, se encontraba ganando 2-1 en el global y avanzando hacia los cuartos de final del torneo internacional.

Desde los altavoces del Estadio Libertadores de América se solicitó a los hinchas del ‘Romántico Viajero’ que desalojaran el lugar. Tanto los planteles, como los cuerpos técnicos y los árbitros, permanecieron en el campo durante aproximadamente 20 minutos, a la espera de que se despejara completamente la tribuna ocupada por los hinchas de La U, quienes deberán abandonar el recinto tras los incidentes.

Según el reglamento de la CONMEBOL, la Comisión Disciplinaria evaluará los daños causados y los perjuicios financieros, considerando las circunstancias de cada caso y las pruebas disponibles. El club involucrado podría enfrentar la descalificación de futuros torneos organizados por la CONMEBOL. Además de las sanciones disciplinarias y económicas, el club será responsable de las indemnizaciones civiles u otras reclamaciones de clubes o terceros afectados.