En “Los viejos lugares de antes” de Leonardo Pirolo, una chica que llora en el medio de su mudanza. Un chico que aprovecha un viaje de negocios para saludar a lo que es, o fue, su padre. El encuentro de dos amigos en el banco de una plaza. El desencuentro de dos amigas que vuelven a encontrarse. Exparejas que nunca se dejaron, parejas que hace mucho tiempo que se perdieron y otras que se encuentran y ven lo que pudo ser y que no es. Madres que aparecen, de a ratos, de a poco. Los acordes de una guitarra gastada que marcan el pulso de un baile lento, pero sin pausa, a lo largo de doce relatos secos y a su vez descarnados que reflejan un estilo de realismo americano bajado al Conurbano bonaerense. “Los viejos lugares de antes” cuenta historias. Historias que nos pasan a todos nosotros y q
Diez preguntas a Leonardo Pirolo, autor de “Los viejos lugares de antes”

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